Los coronavirus están cubiertos por una capa de lípidos y proteínas que protege el núcleo de RNA. Esta estructura puede ser afectada mediante productos químicos o fisicoquímicos. El ozono destruye este tipo de virus por oxidación, rompiendo la estructura exterior de protección, produciendo la inactivación de su carga genética y su eliminación.

Existen evidencias científicas de que el ozono puede destruir el coronavirus del SARS que tiene una estructura casi idéntica al nuevo coronavirus (COVID-19). La exposición del coronavirus a una dosis suficiente de ozono puede conseguir su destrucción con un 99,9% de efectividad en todos los casos.